sábado, 4 de septiembre de 2010

A veces... sobran las palabras

Cuando no estás casada, pero como si lo estuvieras, es complicado presentar a:
¿tu pareja? Pueden pensar que eres lesbiana, encima llevando el pelo corto es poner muy fácil los tópicos más tontos.
¿novio? Cursi, de instituto o "tuto".
¿éste? Despectivo, igual después de esta presentación estás soltera.
¿el que vive conmigo? Confusión con un compañero de piso.
¿mi amor? Ñoño y raro.
¿el futuro padre de mis hijos? Y él sale corriendo.

Yo he optado por marinovio, un mix gracioso pero con el que mi chico no empieza a hiperventilar.
Otra cosa son los motes cairñosos, otro tema complicado. Yo, como he tenido parejas un poco... "escasas románticamente hablando", no he sido la costilla, ni la cari, ni la gordi, ni la churri, ni la faraona, de nadie (qué casi que mejor, la verdad).

Un caso extremo son mis padres que se llaman cuqui estén donde estén. ¿Qué mi madre está en el otro extremo de la planta de un centro comercial? Pues lo nombra sin verguenza para que mi padre atienda a su llamada. El problema: en alguna ocasión varios hombres han girado la cabeza.

Otro caso: como yo llamo aqui a mi marinovio, le nombro como mi moreno hubo quien pensó que era mulato o negro.

Ahora, mal que le pese, le llamo (estemos donde estemos) carichuchurri, que engloba lo más de lo más peor de todos los motes cariñosos que he conocido. Creo que no le sienta muy bien porque él siempre me responde al mote con chorlimonguer, lo cual me mosquea. Pero yo sigo erre que erre. Sobre todo si puedo gritarlo en medio de un centro comercial. Y que la gente se gire para mirarle a él y se rian. 

domingo, 25 de julio de 2010

Salir de noche

Anoche el moreno y yo salimos. Solos. A una salida completa: cine, cena y copa. Tras meses de o bien tener trabajos que hacer, o bien trabajar, o bien no tener dinero... ayer nos liamos la manta a la cabeza y sin motivo aparente, más allá del de salir por salir... salimos. Incluso de forma improvisada, podría decir, aunque muchos no me creerán.

Evidentemente la falta de costumbre tuvo sus consecuencias. Lo primero es que fuimos a ver una peli de dibujos para frikies (espero que nadie se sienta ofendido porque me considero parte del colectivo) en 3D y en versión original, para añadir más dificultad. El tema del 3D lo repetimos porque era imposible verla sin doblar sin esa condición, que me llevó a aguantar al moreno los quince minutos previos a la peli, limpiando frenéticamente sus gafas y recordándome que aquello era una mierda.

Una vez que empezó la peli, recordé porque a este tipo de peli (Toy Story 3, por cierto) suelo ir sola: al moreno no le gustan y hay que aguantar sus "no me gusta" cada cierto tiempo.

A la salida, sin embargo, comentó que "aunque lo del 3D es una puta mierda, la peli tiene sus puntos graciosos". Ay.

Fuimos a cenar a un japo. Hasta ahí todo fue normal. Al salir tuvimos la idea de "salir" aunque yo no entiendo muy bien lo de "salir" los dos solos.

La falta de costumbre nos llevó a aceptar la "supuesta" invitación de un RRPP (o señor que reparte flyers por la calle) para un lugar con mojitos. Yo es que oigo la palabra mojito y me nublo. Pues bien, nos metimos en un antro, nada glamouroso (suelo pensar que todos son fashion cuando es todo lo contrario), con música a toda leche y vacío. Me sentí mayor. Nos bebimos las dos copas por 11 euros y páfuera.

En el camino, aprendimos a esquivar a más RRPP y llegamos a otra zona mucho más glamourosa. Incluso me arriesgué a llevar al moreno al único local que yo conocía, donde efectivamente los mojitos están deliciosos y casualmente cuestan 5,50€. Cuánd aprenderemos a hacerme caso...

Lo bueno de no tener ya que ligar, ni de salir para ello, es que veo a mi moreno en su máximo apogeo nerd: me estuvo contando todos los fascinantes detalles del libro que se está leyendo sobre la vida de las hormigas. Es lo que tiene el amor, supongo. A mi tb me parecieron fascinantes.

Aunque prometimos que esto había que repetirlo más a menudo, repitiéndonos una y otra vez lo jóvenes que somos, y que gracias al cielo, no tenemos hijos... imagino que hasta dentro de unos  meses no repetiremos la hazaña de salir de noche.

viernes, 16 de julio de 2010

Verano

La última vez que escribí era primavera. Y ya es verano. Parece que ultimamente se me escapa el tiempo entre las manos. ¿Quién invento el cálculo del tiempo? Quiero saberlo porque me cae mal. No me gusta la fragmentación que hacemos de él y lo obsesionados que vivimos por tenerlo y no tenerlo. Hasta el perro vive obsesionados por los tiempos! En su caso vitales y básicos: me hago pis/quiero comer. Y por culpa del tiempo estamos los dos a las 7.30h en la calle dando vueltas como tontos.
Buf y no voy a entrar a hablar de Los Tiempos: tiempo de casarte, de tener hijos... Buf, últimamente son temas que me persiguen. Será por el tiempo. El otro día durante una comida, mi abuela comenzó a pedir bisnietos. Ante la cara de pánico de mi moreno, le dije que podía estar tranquilo, que hasta dentro de cinco años no me lo planteaba. Su respuesta histérica, con más cara de pánico aún fue: ¡NO ME PRESIONES, NO SE SI ESTOY PREPARADO! Ojiplática me quedé, si cinco años le parecen poco para prepararse. Luego lo pensé mejor y le dije que prefería adoptar, y que eso, conociendo los tiempos del proceso, le da como cinco años más para hacerse a la idea. Se quedó algo más tranquilo.
Asi que tengo diez años para seguir perdiendo, gastando, usando, olvidando, calculando, menospreciando, valorando y fragmentando mi tiempo. Ahí es ná.

jueves, 27 de mayo de 2010

Y el tiempo pasa...

... y ya es casi junio!!!!!! Madre mía, que abandonado tengo el diario! Con la cantidad de cosas que ha pasado! Intento resumir:

- Haciéndome la lista (y porque inicialmente parecía una idea divertida) propuse estudiar el programa Generación Ni Ni para el trabajo de una asignatura. La peor idea del mundo. ¡Qué estrés! Ocho niños encerrados en una casa sin nada que hacer durante trece programas que duran casi dos horas! (¿Por qué Fama no habrá empezado de nuevo? ¿POR QUÉ?)
- En una asignatura nos mandan como trabajo final hacer un blog. Y este no sirve. Mecachis!
- En el Taller de Cocina la gente repite!! Creo que la técnica de darles un vinito para acompañar los platos preparados ayuda a que salgan tan contentos... que quieren repetir!!!
- Cumplí un año más. Y me dolió. Por primera vez me vi mayor. Aggh.
- El perro ya casi no vomita (ejem: a finales de mes tenemos un bautizo y no tenemos dónde dejarle...).
- He descubierto que quiero hacer galletas, macarons y muffins todos los días del resto de mi vida. Con lo que me pregunto: ¿Y ahora qué estudio? ¿me convalidarán las horas de cafetería por asignaturas de libre elección como cocinera profesional?
- El moreno  y yo vamos juntos (y solos) a clases de inglés. Él va de pasota (porque sabe más) y yo de "mirá que atenta estoy!" (porque se menos).
- Vivo obsesionada con el taller y con el máster. Enganchada a las gominolas de Ooumowononn (o como narices se escriba). Cabe la posibilidad de ser adicta.
- Encontré a la ilustradora de todos los libros que algún día publicaré.
- He encontrado un grupo de gente genial que anda también loca por la gastronomía como yo! 
- Quizás en 20 días vuelva a ser persona (aunque no prometo nada).

... y el tiempo pasa... despacico... como decía Madonna.

sábado, 3 de abril de 2010

Y los días pasan

Se que en mi situación actual hablar de días de fiesta o de vacaciones resulta un poco absurdo pero voy a hacerlo. El mero hecho de no tener clase son vacaciones. Pero por lo demás... nada de nada. La única diferencia con el resto de semanas es que esta la sociedad en general, ya de por si lenta, va tan lenta que se para. Y eso se nota. Porque por fuerza te paras tú también. Y el tiempo de fiesta parece que cunde menos y la lista de cosas por hacer en vez de bajar, aumenta. Y las tareas se acumulan una tras otras, amontanadas como mi montaña de ropa para planchar. Reconozco que para ciertas cosas no me va la vida hacerlas y las voy posponiendo (como planchar aunque no tenga ya ropa lisa que ponerme). Y toda una semana se va en nada: ni un libro entero, dos trabajillos, una visita a Ikea y mucho "actualizar" la agenda. Quizás todo sea culpa de aquella hora que nos quitaron hace una semana... Quien la recuperara!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Master del universo!

Últimamente mi vida parece una montaña rusa, unas veces arriba y otras abajo. Una semana, una nota mediocre porque el profesor... digamos que... mejor, no digamos nada. La semana siguiente, matrícula de honor en otra. Y así una no sabe si lo está haciendo bien, mal o los criterios de los profesores son raros. Y mientras, se acerca el fin de curso (dos meses no son ná) y cada vez el proyecto de tesis está más liado en mi cabeza. A pesar de que hablo con profesores, de que pido opiniones, no se si me lío más o menos. Y aunque el tema, inicialmente ya está elegido, tengo que tratar de descubrir un enfoque original para no repertirme como la cebolla. Y en algunas clases sigo teniendo la sensación de que no me entero de nada, de que lo mío es la frivolidad y lo banal y de que nunca podré utilizar frases incluyendo "per se". El taller de cocina está pero no está, y yo ya necesito que esté para poder centrarme en tareas concretas. Y en estos líos estoy, entretenida con mis cositas.

viernes, 19 de marzo de 2010

miércoles, 17 de marzo de 2010

Momento vintage

Esta semana he vivido dos días sin móvil: un día lo olvidé y otro se murió. Y tras reconocer que es complicado hoy en día estar "desconectada", también digo que tampoco es para tanto, e incluso que me gustó la experiencia. No sabía que estaba pasando en casa, donde estaba él solito, desamparado sin mi. Pero yo estaba también sola, desnuda, sin hablar con nadie... Rara. Y busqué dinero suelto en mis bolsillos y me percaté de las pocas cabinas que quedan ya en este mundo. Y en lo mal que huelen. Y en que es mejor no pensar quien ha cogido ese auricular antes que tú. Y de repente, te das cuenta que no tienes la agenda telefónica!!!! No tienes un icono que te guíe. Estás sola, tú y el pitido que sale del auricular. Y de repente... ¡tu memoria funciona! Y recuerdas los números básicos, los que aprendiste para emergencias. Y llamas. Y te das cuenta de lo útil que sería que en el móvil también empezará a avisarte de que te quedan 30 segundos para que se corte. Las facturas serían geniales!!!!
Con quien quedaste para comer y no has podido localizar para avisar de que no te avise si no puede venir porque no tienes móvil, confías en que aparezca a la hora convenida. Cuando tarda, imaginas el mensaje latente en el móvil que descansa en casa. Y maldices. Pero llega y se te pasa.
Cuando llegas a casa, corres a ver quien te ha llamado, cuántas millones de llamadas y mensajes habrás tenido. Y descubres que sólo tienes una llamada de tu padre y otra de tu madre, y un mensaje de publicidad. Y re-descubres que la vida antes no tenía móviles y que todos nos entendíamos, esperabamos a los amigos tardones y si nos daban plantón, les queríamos igual, porque no había forma de localizarte si no era en casa. Con esa agradable sensación de nostalgia me fui a la cama. A la mañana siguiente un extraño sarpullido en la oreja me hizo recordar que debo llevar el móvil SIEMPRE.

martes, 9 de marzo de 2010

De pronto... (muy pronto)

... soy empresaria: con los tiempos que corren!
... soy cocinera: porque yo lo valgo!
... soy encargada de tó: porque estoy hay que hacerlo con mucho esfuerzo y poco gasto!

Ya no queda nada para que (por fin!!!) mi madre y yo abramos el Taller de Cocina Apetit´oh! 
Ha costado meses de mucho pensar, algunos disgustos, excesiva burocracia, algo de humor y mucho mucho apoyo. Pero ya está el pequeño y precioso local, ultimando detalles, limpiando y colocando, calentando motores.


Reconozco que siento una extraña mezcla de miedo y emoción, como cuando te montas en la montaña rusa. Pero confío en nosotras, en la gente y en el karma: hoy le lleve sopa caliente al montador de muebles! ¿Eso da puntos no?

En fin, que ya tenemos blog y estamos en la red, esperemos que os guste nuestro pequeño paraiso de recetas y delantales. Iré informando (que se vea que soy periodista!).

lunes, 8 de marzo de 2010

Las telecomunicaciones de los c******

Habitualmente me cuesta ser borde. No me gusta ser desagradable en general, fijate qué cosas. Pero creo que las campañas que están haciendo las empresas de telecomunicaciones hacen que salga lo peor de mi. Antes, les escuchaba amablemente, les aguantaba el rollo porque pensaba "pobre, con el trabajo tan chungo que tiene..." y ahora en cambio, después de que llamen TODOS LOS DÍAS, pienso "que trabajen de otra cosa, joder". Porque no se como alguien puede llegar a su casa después de trabajar tras aguantar que todo el mundo te diga que no, te cuelgue o te mande a la mierda. E insisto en que esos pobres trabajadores me dan lástima, y supongo que trabajan ahí porque no hay nada mejor, pero... ¿No pueden decirles a sus jefes que el sistema no funciona? Por mucho que llamen, contándome las mejores ofertas (todas falsas como bien sabemos los que alguna vez picamos), si les digo una vez que no, ¿qué les hace pensar que mañana voy a cambiar de opinión? ¿Se creen que alguien por cansinos les va a aceptar la oferta? E insisten e insisten. Lo peor es que me entra la paranoia cada vez que medio cuelgo (soy incapaz de colgarles directamente como hace mi moreno) y creo que nos van a poner en una lista chunga para que una máquina nos llame a las 4 de la mañana todos los días. Y duermo mal sólo de pensarlo. Asi que al final quizás consiguen lo que quieren: dar por saco. Pero si me cambio a Vodafone, llamarán los de Jazztel y si me cambio, los de Ono y  Vodafone... y otra vez a empezar.

domingo, 21 de febrero de 2010

Cosas de niños

Si es que con ellos da gusto. Les llevas al cine y les encanta. Y recuerdas cuando fue la última vez que te hizo tanta ilusión que la princesa (que pone un negocio propio) se case con el principe. Y te vuelves pequeña también y gritas por el hall de entrada y vas corriendo a ver los trailers y te comes un bol de palomitas mientras miras fijamente, para no perderte nada, la gran pantalla. Nunca una película tiene tantos comentarios que no te importan: "pero mamá qué pasa ahora?", "pero no se muere no?". O ves las fotos de la pequeña miembra de la familia partirse de risa y en la lejanía, te la comes. Y más cuando la oyes reir o te cuentan que se levanta casi todos los días con una sonrisa en los labios. ¿Cuándo fue la última vez que me pasó eso? Y mira que a mi me hace ilusión que salga Fotogramas cada mes o que el moreno me de un beso espontanéo, pero al nivel de los pequeños de la casa, no llego. Como nuestro pequeño can, que será eternamente un niño, que todos los días te despierta encantado de la vida y le hace ilusión comer todos los días lo mismo o que le lances el mismo juguete una y otra vez. Ellos son así. Felices. Y da gusto verles.

domingo, 14 de febrero de 2010

De perdidos al río

Este año de estudio en el que me siento mayor, parece ser práctica del grupo el hacer trabajos kamikaces. Me explico: si el profesor no da unas pautas exactas, te sales por la tangente y haces el trabajo que te da la gana. Dicho y hecho. Lo mejor es que no me da ni miedo, ni vértigo hacer este tipo de cosas. Y se agradece. Será una de las cosas buenas de la edad. Tengo dos trabajos con títulos arriesgados, pero sin desarrollo, esperando, impacientes. Eso es empezar la casa por el tejado. Y un tercero recién entregado con portada perfecta cortesía de la compi firmante y lleno de viñetas de Maitena. Y es que hablando de maternidades y de nuevos roles femeninos no he podido evitarlo. En realidad todos los trabajos podrían perfectamente formar parte de este blog, porque me di cuenta, a tiempo, que mi tono académico es muy poco profesional. Así que... de perdidos al río, estoy haciendo un máster de lo más literario. El moreno flipa muchísimo porque eso en su cabeza de ingenerio no encaja. Sólo espero que entre risa y risa de los profesores, me pongan buena nota. Aunque sorprendentemente ya no es lo que más me importa. Madre mía, cómo se cambia con la edad. Miedo me doy.

domingo, 7 de febrero de 2010

Así da gusto trabajar

Una de las cosas que todavía no entiendo del moreno es que le guste el fútbol. A él no le pega y a mi no me gusta. Si las cosas fueran como debían ser, el fútbol no tendría presencia en nuestro hogar, pero como el ser ingeniero no está reñido con que gusten ciertas cosas, ayer sábado tocó noche de fútbol en casa. Repito: como a mi no me gusta, preparo cositas ricas para picar para que la cosa sea más llevadera y "acompaño" al moreno en su proceso de ocio. Como dice él, como comentarista yo no tendría precio: "Miralé cómo corre", "Uy has visto al niño de la primera grada?", "Madre mía, pero que fea es esa equipación no?"... Pero hasta que se den cuenta los de la Sexta de mi potencial para retransmitir, ayer me dio tiempo mientras veía de reojo el partido al tiempo que leía, en lo curioso que sería que al resto de humanos nos pasará lo mismo que a los futbolistas cuando trabajamos. Que cuando entres en la oficina, te vitoreen y te digan cosas bonitas (y feas los que no te quieren allí). Que cuando hagas bien una nómina, un balance, una nota de prensa, un cálculo... te aclamen las masas a tu alrededor. BIENNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!!!!!!!!! PEDAZO DE TRABAJADOR ESE PITITA!!!!!!!!!!!!!!!!! Y que cuando te vayas a tu descanso te aplaudan y tengas que saludar a tus fans. A la salida del curro tendrías periodistas agolpados para preguntar qué tal te fue y qué impresiones tienes: "Bueno, se nos ha resistido al principio pero parece que al final el balance de contabilidad ha salido. Estamos orgullosos". Es que trabajar así es otra cosa. Así da gusto.

sábado, 6 de febrero de 2010

Me dan ganas de...

... vomitar. Hoy la cosa va de vómitos. Míos no. No soy persona de vomitar. Yo me suelo quedar las cosas dentro aunque me vuelvan del revés. Evidentemente en los tiempos que vivimos hay muchas cosas que me dan ganas de soltar de todo por la boca, pero en este caso hablo un poco más de perros. En este caso, del canino que comparte piso con nosotros. Después de una operación a lo Belén Esteban, donde le han hecho los agujeros de la nariz más grande (como a ella no?), con la intención de que dejara de vomitar, la cosa está así: debe ser un trastorno bulímico, si es que eso existe en los perros. No es normal lo que este suelta por la boca. Los rollos de papel tamaño industrial se amontonan junto con los folios que nos regaló mi padre. Pero esos sí que se gastan a velocidad asombrosa. 200 gramos de comida diaria dan para diez "potas", casi seguro. Sin hablar de las de "solo agua" o "solo baba". Suena asqueroso, lo se, pero el perro lo compensa con toda la simpatía que puede. Vomita y luego viene a darte besos en la cara. Y si sumamos que como consecuencia de la operación toma cinco pastillas cada 12 horas,  puedo afirmar que este perro cada vez se parece más a una modelo internacional, tipo Kate Moss. Lo único bueno es que ronca menos, aunque sigue haciendo ruidos, incluso diría que a veces entre pitos y respiraciones fuertes me pide unos manolos.

jueves, 4 de febrero de 2010

Quien tuvo, lo sabe

Quien tuvo un animal en casa, lo sabe. Y no me refiero a hormigas o cucarachas. Hablo de mascotas. Esos seres peludos (o no) que adoptas y se convierten en una parte de tu vida, esencial por su omnipresente presencia. Son como una prima o primo que, pensando que se iban a quedar un par de días, se instalan para siempre. Y es verdad que es duro, quien tuvo, lo sabe. Es duro al principio porque te pasas el día recogiendo pises y echando broncas. Es duro en medio porque te pasas años levantándote temprano, haga sol, lluvia o nieve; o se ponen malos y te dan sustos. Y es duro al final porque se te rompe el corazón. Literal.
Nunca pasé por esto antes, y creo que no me he sentido tan triste como ahora. Porque con las personas discutes, te alejas, puedes llevarte bien o no del todo mal, pero un perro, hasta el final, te quiere con locura. Te piden tan poco y siempre te dan besos, una relación perfecta. Lo que nunca puedes asegurar de un humano. Serán simples, pesados, soltarán pelo, darán alergia, vomitarán, ladrarán, comerán basura, te romperan cosas... pero nada importa, porque ellos simplemente te quieren. Son los mejores amigos siempre, sin dudas, ni vacilaciones, sin novios o novias que les alejen de ti, sin cabreos que te salpiquen, sin mosqueos... Los mejores amigos, todo el día, toda su vida. Vida corta en exceso. Una gran pena. Es difícil despedirse de ellos en ese último momento, pero se lo debes: ellos siempre te saludaron y despidieron cuando estaban en casa.
Me guardo casi trece años de grandes recuerdos y trato de olvidar el momento tan horrible que fue decirla adiós. Quien tuvo,  lo sabe.

In memoriam
Nica 
Agosto 1997-Febrero 2010

viernes, 29 de enero de 2010

El sitio más maravilloso de la tierra

Es cierto que quizás no debería estar escribiendo esto y que debería estar haciendo alguna de las tantas cosas que quedan por hacer, pero de repente cuando el moreno y yo hemos planificado esta tarde-noche de viernes me he dado cuenta de que estamos fatal. En las últimas semanas o meses (ya ni me acuerdo) lo que más nos divierte en el mundo es ir al Lidl. Por si hubiera alguien que no lo conozca (y para quien sí me pueda dar la razón) es un lugar perfecto para decidir qué guarrería quieres cenar y encima barato no, baratísimo. La semana pasada pillamos una bolsa tamaño XXL de salchichas superXXL con las que el moreno flipó. Tuve que invitar a mis padres porque me dió miedo que el moreno muriera de una sobredosis salchichera, porque la verdad es que estaban buenísimas. También cayó en el carrito un pan congelado para hacer al horno con ajo y mantequilla, porque por mucho que insitiera mi moreno en que lo que llevaba era aceite (para no sentirse peor), llevaba unos trozos de mantequilla de aupa lerendio (como dirían por el norte). Delicioso. Gelatinas de fresa, ganchitos, paté de pavo... Todo lo que se nos antoja, al carro. Porque el viernes es el día del desfase y nosotros desfasamos así: como alemanes de cincuenta  años atrapados en la nieva bávara, comiendo, bebiendo cerveza y viendo películas malas, pero que nos hacen reir a carcajadas.
Quizás es urgente lo de socializar un poco no?

PD: Y para colmo, tienen unas bolsas de tela la mar de hermosas, que estoy intentando poner de moda como bolso (cuestan un euro) y que llevo a la facultad como chica a la última que soy. Quizás pueda demostrar algo sobre las fashion victims o quizás me tomen por loca. El caso es que me da igual. Yo soy superfeliz con ella.

jueves, 28 de enero de 2010

Me *&$"&%)(/%$·&& en los ordenadores

No escribía porque estaba hasta arriba de trabajos. Pero cómo la vida es así (o mejor dicho los ordenadores) yo, qué soy un poco obstusa con estas máquinas, le doy a reemplazar a la carpeta que no es y adiós trabajos. Mi vida está ahora en hace un mes. Lo bueno es que he descubierto que es posible viajar en el tiempo, aunque sea puteándote. Cuatro trabajos a la basura. Bueno, ni siquiera fueron a parar a la papelera, ya que eso hubiera tenido fácil solución. Tras 48 horas de tener el maldito (pero precioso) mac con un programa de recuperación de datos, nada. 48 horas que han sido de una tensión increible, mirando fijamente cómo avanzaba (a veces sí a veces no) la barra de estado del programa-que-no-sirve-para-nada. ¿Dónde están esos trabajos? Me los imagino flotando en ese mundo virtual tipo espacial, a la deriva... Con toda la tecnología que hay, con lo que ha podido hacer James Cameron con el 3D ¿no hay una maldita forma de recuperar cuatro mierdas de archivo word?????? La vida es así, supongo. "A todo el mundo le ha pasado alguna vez", me dicen, pero no consuela. Tras pasar por todas las fases: Negación (nonononononononono), Ira (SERÁS HIJ* DE PU**!!!!), Culpa (SERÁS BOBA!!!!!), Desesperación (PERO QUÉ HE HECHO!!!!!!), Depresión (Snif snif mucho snif), Ataque nervioso (JAJAJAJAJA)... ahora ya llegué al estado de ASÚMELO COÑO, que el tiempo pasa y no estamos para aguantar más estados. Me pongo a ello porque mi voz interior y conciencia a veces son como sargentos y es mejor hacer lo que dicen. De cualquier forma  (por favor Mr. Cameron si lee esto ponga a trabajar a esos chicos listos que tiene haciendo cine entretenido) quizás aparezcan algún día en el sitio donde también están los calcetines que se pierden en la lavadora, las pinzas que se caen al patio o las cosas del escritorio que se cuelan en los aparatos de aire acondicionado, como decía Millás. Quien sabe. Si alguien los encuentra que me llame.

sábado, 16 de enero de 2010

Un hombre en la cocina

Ahora el moreno, en su nueva faceta como hombre inpedendiente y feminista, se ha metido en la cocina para demostrar que es una habitación de la que no hay que tener miedo. Aburrido de comer pasta con tomate y vuelta-y-vuelta cada vez que no como (cocino) en casa, ha cogido a nuestro gran amigo (ya es como si fuera de mi familia) Jamie Oliver como profe de cocina y se ha puesto manos a la obra. Y no se trata de algo pasajero, lleva ya varios días haciendo comidas, incluso cenas. Y no cualquier cosa, sino platos con nombre propio como Pollo Strogonov, Rollo de carne, Atún con aliño... Todo muy rico y muy cómodo: yo mientras sentada en el sofá leyendo, aunque al principio requería de mi presencia, ahora sólo me pregunta sobre qué considero yo que es una pizca o un manojo de algo. Y es que es lo que pasa cuando un ingeniero se mete en la cocina, y empieza  a llamarlo su Laboratorio de Recetas, y cada vez que cocina tarda una o dos horas, se prepara una copa de vino (que al final son cinco) y se desespera cuando el orégano que tenemos es seco en vez de fresco como dice el recetario (la biblia). Y es que todavía no ha entendido que la cocina tiene más de arte que de ciencia exacta y que la improvisación forma parte del encanto. Lo peor de todo esto es que ahora a mi me toca quitar la mesa y meter los cacharros en nuestro paradigmático lavavajillas. Pero la verdad es que esto del homo novo es todo un descubrimiento, mola y lo recomiendo.

martes, 12 de enero de 2010

Calendarizándome

Quizás esto pueda servir para alguno de mis trabajos universitarios, aunque veo que mis temáticas y formas van a resultar poco académicas para esa pedantería universitaria que tanto nos mola y odiamos a partes iguales. Había decidido que no pero finalmente una agenda preciosa ha llegado a mi vida y otra vez estoy de mudanza de calendarios, listas y planes. Y reconozco que para mi es uno de los grandes placeres: escribir mi dirección por si se pierde, reescribir mis planes para esta semana, tachar nuevas listas... Y lo mejor: tiene pegatinas. Bien es cierto que después no las pongo nunca y una nueva agenda pegará empujones a esta para entrar en mi vida, organizada para practicamente nada, quizás más como diario de abordo que como guía vital. Pero a mi este momento de sentarme, escribir y rellenar los huecos me encanta! Luego, ya veremos lo que hacemos y lo que no.

sábado, 9 de enero de 2010

Procrastinar

Y digo yo ¿por qué siempre hago todo a deshora? Cuando ya no hay tiempo, en la mayoría de casos, es cuando reaccionamos. ¿Qué me pasa? Otra vez, con más años, con más experiencia... y nada. Otra vez me pilla el toro. Parece que me gusta el estrés, ponerme nerviosa, hacerlo todo deprisa y corriendo, con la lengua fuera. Y es verdad que a una le gusta tocarse los moratones y que se crece con la adversidad, pero... ¿había necesidad? Otra vez! Han pasado seis meses y quedan otros seis de este mi año-raro-para-estudiar y reconozco que otra vez he pasado más tiempo haciendo planes o sufriendo que disfrutando del presente. A ver si lo que queda lo enfocamos mejor, que parece que no aprendemos con lo mayores que somos. Es verdad que en este tiempo:
- He leído mucho (quizás debería haber leido más pero bueno...)
- He visto muchas películas y series
- He conocido a gente muy interesante con temas en común
- He dormido (más de lo habitual)
- He cocinado mucho
- He tomado buenas y malas decisiones
- He hecho cosas bonitas con mis manos
 A ver si el resto de planes e ideas las llevo a cabo en el resto de seis meses que quedan. Cruzo los dedos y me pongo a ello. En cuanto termine de escribir esto. Y revise el correo. Y el facebook. Y descongele la cena. Y baje a Otto. Y me prepare un té. Y...

domingo, 3 de enero de 2010

Anginas

Definitivamente lo de empezar bien el año, vamos a dejarlo para otra ocasión. Ya el 31 me dolía y no pude cantar ni las uvas ni a Alaska. Y el 1 no me pude ni levantar de la cama. Las anginas han llegado con fuerza para recordarme que si he vuelto al cole, a una juventud tardía, también han vuelto ellas con el kit completo de placas, fiebre y sudores fríos. Y por supuesto el sentido de culpabilidad. Con mi montaña de deberes (junto con una montaña para planchar) observándome con rencor, llevo tres días en pijama viendo tele: 2001, una odisea en el espacio, colegas en el bosque, papá canguro, flashdance, princesa por sorpresa, la proposición, la serie completa de men in trees, bob esponja en v.o (para ya ser friki del tó). Vino el médico y tras decirme lo que yo ya había visto al fondo de mi garganta, me recetó ibuprofeno y uno de esos modernos antibióticos de tres días. Pues bien, vamos por el segundo y yo lo veo todo peor, y ahora con dolor de estómago incluido. Además las pastillas son gigantes y si lo sumas al dolor al tragar, más mi neurosis de atragantarme con mi propio hipo, vamos apañados. El espectáculo es colosal. ¿Se habrá quedado ahí la pastilla? ¿Habrá pasado? Yo soy así de paranoica. Y el moreno tratando de llevar bien el ser homo novo a tiempo completo: hace la cama, la comida, saca al perro... Sin embargo, me siento mal. Mal en general y mal por mi estúpido sentido de la culpabilidad. Estos son los momentos cuando me acuerdo de los momentos de procrastinación. ¿Por qué perdí el tiempo cuando no me dolía nada? Aggghhh. A todos estos pensamientos se le suma mi hipocondria: ¿se me pasará? ¿me quedaré así para siempre? Ah! Y para el fin de fiesta, me viene la regla. Creo que empezaré el año un poco más adelante, con los chinos por ejemplo, a ver si se me da mejor ese calendario.