sábado, 6 de febrero de 2010

Me dan ganas de...

... vomitar. Hoy la cosa va de vómitos. Míos no. No soy persona de vomitar. Yo me suelo quedar las cosas dentro aunque me vuelvan del revés. Evidentemente en los tiempos que vivimos hay muchas cosas que me dan ganas de soltar de todo por la boca, pero en este caso hablo un poco más de perros. En este caso, del canino que comparte piso con nosotros. Después de una operación a lo Belén Esteban, donde le han hecho los agujeros de la nariz más grande (como a ella no?), con la intención de que dejara de vomitar, la cosa está así: debe ser un trastorno bulímico, si es que eso existe en los perros. No es normal lo que este suelta por la boca. Los rollos de papel tamaño industrial se amontonan junto con los folios que nos regaló mi padre. Pero esos sí que se gastan a velocidad asombrosa. 200 gramos de comida diaria dan para diez "potas", casi seguro. Sin hablar de las de "solo agua" o "solo baba". Suena asqueroso, lo se, pero el perro lo compensa con toda la simpatía que puede. Vomita y luego viene a darte besos en la cara. Y si sumamos que como consecuencia de la operación toma cinco pastillas cada 12 horas,  puedo afirmar que este perro cada vez se parece más a una modelo internacional, tipo Kate Moss. Lo único bueno es que ronca menos, aunque sigue haciendo ruidos, incluso diría que a veces entre pitos y respiraciones fuertes me pide unos manolos.

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