martes, 12 de enero de 2010

Calendarizándome

Quizás esto pueda servir para alguno de mis trabajos universitarios, aunque veo que mis temáticas y formas van a resultar poco académicas para esa pedantería universitaria que tanto nos mola y odiamos a partes iguales. Había decidido que no pero finalmente una agenda preciosa ha llegado a mi vida y otra vez estoy de mudanza de calendarios, listas y planes. Y reconozco que para mi es uno de los grandes placeres: escribir mi dirección por si se pierde, reescribir mis planes para esta semana, tachar nuevas listas... Y lo mejor: tiene pegatinas. Bien es cierto que después no las pongo nunca y una nueva agenda pegará empujones a esta para entrar en mi vida, organizada para practicamente nada, quizás más como diario de abordo que como guía vital. Pero a mi este momento de sentarme, escribir y rellenar los huecos me encanta! Luego, ya veremos lo que hacemos y lo que no.

3 comentarios:

La abajo firmante dijo...

A mí lo de escribir mi dirección me da miedo. Es como aceptar que puede perderse.
Cuando en mi libreta de apuntes de lecturas escribí: "Si encuentras esta libreta, contacta conmigo: mi futuro académico depende de ello" me sentí superdramática, pero luego entreví lo que podía pasar si la perdía y casi me da un jamacuco...

miga dijo...

yo empiezo con la que me regalaste, otro año rojo, lo más complicado sigue siendo rellenar la casilla en la que indicas la recompensa en caso de extravío y devolución... sí, la mía tiene esa casilla... en serio

Vane dijo...

Jejej! Siempre te gustaron todo tipo de libretitas y útiles de papelería. ¡La agenda no iba a ser menos! Te entiendo porque yo no sé vivir sin mi moleskine ;)