domingo, 25 de julio de 2010

Salir de noche

Anoche el moreno y yo salimos. Solos. A una salida completa: cine, cena y copa. Tras meses de o bien tener trabajos que hacer, o bien trabajar, o bien no tener dinero... ayer nos liamos la manta a la cabeza y sin motivo aparente, más allá del de salir por salir... salimos. Incluso de forma improvisada, podría decir, aunque muchos no me creerán.

Evidentemente la falta de costumbre tuvo sus consecuencias. Lo primero es que fuimos a ver una peli de dibujos para frikies (espero que nadie se sienta ofendido porque me considero parte del colectivo) en 3D y en versión original, para añadir más dificultad. El tema del 3D lo repetimos porque era imposible verla sin doblar sin esa condición, que me llevó a aguantar al moreno los quince minutos previos a la peli, limpiando frenéticamente sus gafas y recordándome que aquello era una mierda.

Una vez que empezó la peli, recordé porque a este tipo de peli (Toy Story 3, por cierto) suelo ir sola: al moreno no le gustan y hay que aguantar sus "no me gusta" cada cierto tiempo.

A la salida, sin embargo, comentó que "aunque lo del 3D es una puta mierda, la peli tiene sus puntos graciosos". Ay.

Fuimos a cenar a un japo. Hasta ahí todo fue normal. Al salir tuvimos la idea de "salir" aunque yo no entiendo muy bien lo de "salir" los dos solos.

La falta de costumbre nos llevó a aceptar la "supuesta" invitación de un RRPP (o señor que reparte flyers por la calle) para un lugar con mojitos. Yo es que oigo la palabra mojito y me nublo. Pues bien, nos metimos en un antro, nada glamouroso (suelo pensar que todos son fashion cuando es todo lo contrario), con música a toda leche y vacío. Me sentí mayor. Nos bebimos las dos copas por 11 euros y páfuera.

En el camino, aprendimos a esquivar a más RRPP y llegamos a otra zona mucho más glamourosa. Incluso me arriesgué a llevar al moreno al único local que yo conocía, donde efectivamente los mojitos están deliciosos y casualmente cuestan 5,50€. Cuánd aprenderemos a hacerme caso...

Lo bueno de no tener ya que ligar, ni de salir para ello, es que veo a mi moreno en su máximo apogeo nerd: me estuvo contando todos los fascinantes detalles del libro que se está leyendo sobre la vida de las hormigas. Es lo que tiene el amor, supongo. A mi tb me parecieron fascinantes.

Aunque prometimos que esto había que repetirlo más a menudo, repitiéndonos una y otra vez lo jóvenes que somos, y que gracias al cielo, no tenemos hijos... imagino que hasta dentro de unos  meses no repetiremos la hazaña de salir de noche.

viernes, 16 de julio de 2010

Verano

La última vez que escribí era primavera. Y ya es verano. Parece que ultimamente se me escapa el tiempo entre las manos. ¿Quién invento el cálculo del tiempo? Quiero saberlo porque me cae mal. No me gusta la fragmentación que hacemos de él y lo obsesionados que vivimos por tenerlo y no tenerlo. Hasta el perro vive obsesionados por los tiempos! En su caso vitales y básicos: me hago pis/quiero comer. Y por culpa del tiempo estamos los dos a las 7.30h en la calle dando vueltas como tontos.
Buf y no voy a entrar a hablar de Los Tiempos: tiempo de casarte, de tener hijos... Buf, últimamente son temas que me persiguen. Será por el tiempo. El otro día durante una comida, mi abuela comenzó a pedir bisnietos. Ante la cara de pánico de mi moreno, le dije que podía estar tranquilo, que hasta dentro de cinco años no me lo planteaba. Su respuesta histérica, con más cara de pánico aún fue: ¡NO ME PRESIONES, NO SE SI ESTOY PREPARADO! Ojiplática me quedé, si cinco años le parecen poco para prepararse. Luego lo pensé mejor y le dije que prefería adoptar, y que eso, conociendo los tiempos del proceso, le da como cinco años más para hacerse a la idea. Se quedó algo más tranquilo.
Asi que tengo diez años para seguir perdiendo, gastando, usando, olvidando, calculando, menospreciando, valorando y fragmentando mi tiempo. Ahí es ná.