Ha sido una semanita de las duras, de llorar, con momentos bizarros y subrrealistas. Esta semana los días han durado más y llegar al viernes ha sido toda una proeza. Entre lágrima y risa, había que regar las plantas, que por poco convierto la terraza en un desierto. Está todo un poco patas arriba... la otra rubia en casa de su mamá recibiendo mimos y cuidados porque el sábado nos despertamos todos con un susto de muerte (por favor todos mucho cuidado al cruzar). Su amado en periplo teatral almagrense, sin tiempo para ná, ni siquiera para catar las típicas berenjenas. Y mi ahoramorena... un disgusto de los gordos, de los de marcar con rotulador en la agenda aunque jamás se nos olvidará que estábamos cenando la trágica noche del martes. Pero esas cosas pasan, todo pasa y todo sigue. La semana ya toca a su fin y parece que nada ha sucedido que todo ha sucedido a cámara lenta y rápida. No veo la hora de salir del trabajo, de comer, de dormir, de reír y besar a mi moreno.
Cómo pasar una tarde entre amigos o Taller de Repostería en la Cocina de
las Maravillas
-
Parece que merendar es de niños. ¡Pues no! Merendar es de todos los que les
suenan las tripas a partir de las 17 de la tarde. Y eso reivindicamos en el
últ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario