Desde hace ya unas semanas los privilegiados en tener un cuerpo q no se enterá de ná y que entiende que un poco de polen es motivo para atacarlo como si fueran los bichos esos malos y feos de Érase una vez... el cuerpo humano, la palabra que más oímos a nuestro alrededor en Jesús. Nosotros con los ojos inyectados en sangre y la nariz roja, contestamos entre sorbitos de mocos, un “gacias” que suena a cansancio y a picor. Porque a mi desde que las flores están polinizando, me pica tó. Y es que tengo la sangre revuelta y mi sistema inmunológico al revés. Antiestamínicos, kleenex y gotas para la nariz son mis mejores aliados para combatir esos bichos malos y feos que el cuerpo que se empeña en atacar. Lo más triste: me he puesto vacunas durante los últimos cinco años. Chutes de pequeñas dosis de eso que vuela por todos lados para que el poco espabilado de mi sistema lo pillara y lo recibiera con pancartas de “Damos
Cómo pasar una tarde entre amigos o Taller de Repostería en la Cocina de
las Maravillas
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Parece que merendar es de niños. ¡Pues no! Merendar es de todos los que les
suenan las tripas a partir de las 17 de la tarde. Y eso reivindicamos en el
últ...
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