miércoles, 2 de enero de 2008

La cosa empieza...

El año siempre empieza cargado de buenas intenciones, de promesas y juramentos. No se porqué los finales y principios de año tienen algo que no me gusta. Ayer sentada en la cama pensaba en todo el año, nuevecito, que empieza y quizás fuera vértigo, pero me maree. Cada 1 de enero es como empezar en un trabajo nuevo: ¿te irá bien? ¿pasará algo bueno? ¿o algo malo? La incertidumbre es lo que me marea (eso o las cervicales que las tengo jodidas). También deprime que parezco ser la única persona en el mundo que hoy ha tenido que trabajar y jode. Mis padres, de compras. Mi moreno, de compras. Mi amiga del alma, en la otra punta del mundo dandose besos... Y yo aquí. A mi alrededor todas las mesas están vacías. Veo la lluvia a través de la ventana. Sólo me ilumina la pantalla de mi ordenador y los deprimentes alógenos. Sólo se oye el zumbido de mi ordenador y la fotocopiadora. Me dan ganas de subirme encima de la mesa y gritar. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.

Otra vez sentada, me dedico a contaros lo que tengo entre manos para este año 2008, bisiesto, olímpico y gordulón.
- La segunda parte de los Pilares de la Tierra. 1200 páginas. Una odisea.
- Hacer chapas: mir, mena, me compré la maquina!!!!!!!!
- Escribir un libro infantil, publicarlo y hacerme famosa.
- Montar un restaurante.
- Cambiar de actividad o de trabajo. Llegó el momento de avanzar y mover ficha. La partida desde este ángulo ya me está aburriendo.
- Dejarme melena. Esto no se lo cree nadie.
- Ahorrar. Eso no me lo creo yo.
- Viajar mucho: primer destino, Munich.
- Ir al gimnasio. Eso tampoco me lo creo.
- Ver la ampliación del Museo del Prado.
- Terminar de hacer ese favorcillo retributivo que tengo entre manos y olvidarme de mi ex para siempre jamás, por salud mental.
- Leer, leer y leer.
- Cine, cine y cine.
-Vivir en otro país.
- Pasarme todos los videojuegos que tengo a medias (Zelda, Hotel Dusk) y alguno nuevo (Mario Galaxy).
- Dar muchos besos y cariños.
- Aprender a disfrutar del vino.
- Retomar y hacer una puesta a punto de las amistades.

Mucho me parece, pero por algo hay que empezar. Esta tarde me compro una agenda y empezó a calendarizar todo, a ver luego con qué nos sorprende el año: en esta ocasión pido las justas, que para sustos ya tuvimos el 2007.

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