No hay muchos veces en mi familia y la pequeña nueva miembro (o será miembra?) está siendo el centro de atención de todos. Ella y sus primerizos padres. Nunca te acuerdas de lo enanos que nacemos hasta que ves a uno de nuevo y !madre mía¡, nacemos sin hacer. Aunque yo me he pasado los días mirándola y poniéndola pensamientos a sus movimientos espasmódicos, la verdad es que con diez días de vida, la conclusión es que son un rollo. Por mucho que queramos pensar que se rien cuando les tocamos sus minúsculos pies, la verdad es que ni ella sabe donde está su cara, y lo más seguro es que sea un gas, más que una risa. Pero vemos lo que queremos. Como su objetivo vital ahora mismo es chupar, la pobre cuando está hambrienta chupa lo que tenga cerca, y cuando la ponía al lado de mi moflete, yo quería pensar que me daba unos besos-chupetones de amor. Pero siendo sinceros... ni de coña. La pobrecita está sin saber que está en un mundo enorme, lleno de gente enorme que la observa. Porque con un bebé de diez días lo único que hacen padres y familia es mirar. Mirar, hacerla fotos, mirar, cambiarla el pañal, mirar, cambiarla el pañal... Y poco más. Ella también mira, intenta enfocar y mirar, se aburre porque la verdad es que los adultos somos un rollo y se duerme.
Los primerizos padres con ojeras pero contentos, miran a su cachorro a veces entre emoción y miedo. Las dudas les asaltan y si la pequeña se atraganta con la leche, la preocupación se apodera de ellos y la miran, y la miran más todavía, preguntándose si lo harán bien y si le quedará un bonito ombligo a la pequeña.
Desde fuera, los que estamos entrando en esa edad donde la pregunta de ¿tendremos hijos? empieza a hacer presencia, ver a los recién estrenados-agotados-preocupados padres nos hace preguntarnos: ¿de verdad quiero tener hijos? Luego miras de nuevo (por vigesimoctava vez) a la pequeñita y piensas: quizás la adopción de niños de dos-tres años sea una buena idea. (El moreno apuesta más por adoptar a uno de treinta con un buen sueldo que nos mantenga).
Os presento al bichito que mira y miramos.
Cómo pasar una tarde entre amigos o Taller de Repostería en la Cocina de
las Maravillas
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Parece que merendar es de niños. ¡Pues no! Merendar es de todos los que les
suenan las tripas a partir de las 17 de la tarde. Y eso reivindicamos en el
últ...
2 comentarios:
Enhorabuena, Rubia!!
De todas formas te digo. Agotamiento, preocupaciones... añade todo lo que quieras. ¡¡COMPENSA!!
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