De sobra es sabido que lo mío no son las manualidades. Mis manos se me cambiaron de lugar (esa es otra historia) y desde entonces no las controlo igual.
Claro, que también lo mío son las ideas brillantes.
Hoy a las 7.30 de la mañana no se me ocurre otra cosa que ponerme a arreglar la suela de una bota. Para ello, tiro del pegamento Logtite (o como sea). Una operación sencilla. O eso parecía. No se cómo un chorro ha salido disparado contra mi, manchando cara, pecho y manos. Porque, no había aclarado que yo estas actividades las haga en ropa interior (¿cómo si no?).
Otra idea brillante: intentarlo quitar con agua.
Media hora intentando con agua, jabón, alcochol y exfoliante despegarme.
Nada.
Como Otto me empezaba a mirar con cara de "me hago pis", he decidido darme por vencida. Al fin y al cabo lo de la cara estaba prácticamente solucionado. Manos y canalillo podían esperar.
Cual fue mi sorpresa cuando al subir del parque y limpiar una mancha de un amor perruno con una toallita de bebé ¡se me ha quitado el pegamento!
Es que eso y la saliva de mamá quitan cualquier mancha inborrable.
Cómo pasar una tarde entre amigos o Taller de Repostería en la Cocina de
las Maravillas
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Parece que merendar es de niños. ¡Pues no! Merendar es de todos los que les
suenan las tripas a partir de las 17 de la tarde. Y eso reivindicamos en el
últ...
2 comentarios:
Doy fé,ha ocurrido, tal cual...
no es por repetirme pero doy fe! por cierto miga. fe lleva acento? como dice la miren ahora. besos gilmorianos.
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