jueves, 5 de febrero de 2009

Recortando

Con esto de la crisis, todos andamos jugando a los recortables. Pero en una versión menos divertida, más triste, en ocasiones mezquina. Últimamente leer la prensa más que informar, deprime. Los cheques bebé, recortados. Las ayudas a domicilio para mayores, recortadas. Hay quien en un alarde de supuesta inteligencia (¿?) propone recortar las indemnizaciones por despido a 20 días. Increible pero cierto, como supondréis no es un trabajor cuyo trabajo corra peligro. Y así anda el mundo. Bueno, el mundo anda de una manera y nosotros en este lado de otra, que remedio. Es lo que nos ha tocado por tener sol y mucho terreno para construir, comida de la buena y bebida barata, y que nuestros personajes  emblemáticos y representativos sean el Lazarillo de Tormes y el Quijote. Somos como somos, y eso no se puede cambiar. Para lo bueno y lo malo.

Dada la situación, todos nos ponemos a jugar a los recortables, pero con desgana, como esa niña que porque su madren no la deja salir fuera a jugar, se queda la tarde de un sábado con la tijera en mano. Yo he empezado por no comprar el abono transporte porque según el moreno, no me sale a cuenta. Así que en vez de cogerlo ahora aunque sea para una o dos paradas, pues ando y de paso se pone un culo estupendo. Y gratis. 

En vez de comprar arroz basmati de Nomen, pues el de Carrefour, que aunque no sabe igual, pues... lo único bueno que tiene es el precio, la verdad. Sin embargo, por más que lo pienso tampoco es tan fácil eliminar ciertas cosas: si quito a la criada ya tengo yo que hacer las cosas; si dejo el mercedes en el parking tengo que coger el metro; si dejo de comprar en Sánchez Romero, hay que aguantar las colas del Carrefour o llevar las cosas en la mano porque en el Día te cobran las bolsas; y si me quito de comprar la ropa en Prada, ¿tendré que ir a Zara como el resto de mortales? 

Lo dicho por más que miro las facturas, tickets, cuentas y nóminas no se me ocurre otra cosa salvo destrozarlas a tijeretazo limpio. 

Nota a mi misma: tercera y última vez que hablo de estos temas pero es que ultimamente no hay otra cosa para hablar. Por ello prometo que a partir de mañana me dedico a cosas frívolas y estúpidas (o quizás más listas, según se mire). 

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