Le odio poque por su culpa no puedo hacer muchas cosas que quiero hacer.
Le quiero porque tenerlo significa que todo va bien.
Le odio porque no tenerlo implica que algo va mal.
Le quiero porque a veces me hace feliz deshacerme de él.
Le odio porque a veces se va demasiado rápido.
Le quiero porque ¿qué haría sin él?
Le odio porque ¿qué de cosas haría con él?
Le quiero porque en ocasiones te da alegrías.
Le odio porque la mayoría de las veces te da disgustos.
Le quiero porque se va cuando le dices.
Le odio porque nunca vuelva.
Le quiero porque va de libre por la vida.
Le odio porque dependo de él.
Le quiero a principios de mes.
Le odio a finales.
Le quiero porque me permite hacer planes.
Le odio porque me hace pensar en planes malignos para conseguirlo.
Le quiero cuando está conmigo.
Le odio porque no para de irse.
Mi relación de amor-odio con el dirty sexy money es una realidad que mes a mes afianza financiándome. Con la manía que le tengo... y sin embargo, cuando no está, le echo de menos.
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