Creo que no nos hemos explicado bien. Creo que, o se confunden las cosas o no sabemos mirar con otro color.
Después de leer tres veces (yo sola flipando, yo sola cabreada y en voz alta para el moreno) el artículo de opinión de quién dice ser filósofo, Enrique Lynch, en las páginas de El País, titulado Revanchismo de género, lo que llega una es a la conclusión de que hay hombres que no se han enterado de qué va la cosa. Y también lo digo porque hay hombres que en cuanto comentas que te interesa la perspectiva de género, dan un paso para atrás y te miran como si pensaran "ah, eres de ésas, odia-hombres". Más lo deben de pensar cuando no te ries de los chistes machistas o de los anuncios sexistas. Y es que ninguno deberíamos reirnos.
El moreno dice que es cuestión de empatía. Hay hombres como Lynch que se sienten amenazados y todavía no entiendo porqué. Confunden el feminismo con el machismo, pensando que es lo mismo, que las feministas quieren que los hombres sean menos, aunque repitan hasta la saciedad que es un movimiento para la igualdad. Este tipo de hombres se ponen a la defensiva con cualquier comentario y aunque estoy de acuerdo en que son una mayoría los que no levantarían la mano a ninguna mujer, amiga, madre, esposa o hija, haberlos haylos, y sino de forma directa son muchos los que todavía no creen que la mujer sea igual y establecen mecanismos de desigualdad. Y lo triste es que no es gente mayor, sino gente joven y muy joven.
En vez de rebotarse contra el feminismo... ¿por qué no se unen? Cómo dice el moreno, es cuestión de ponerse en la piel de nosotras, la cosa no va solo de unas sino de todos. Creo que en los colegios deberían enseñar de qué va exactamente el tema, de educar ciudadanos como decía Punset, no de educar al tuntún, que hay que ver las barbaridades que oigo al pasar por la entrada del colegio de enfrente. Ni los niños ni las niñas, futuros hombres y mujeres, están entendiendo que es la igualdad. Ellas se creen que la cosa va de poder fumar y de pegarse, como ellos. Y ellos, pues a lo suyo. No les enseñamos a ver que a las mujeres nos sientan mal ciertas gracias, comentarios o piropos.
Creo que bajo discursos como los de Lynch, se esconden hombres machistas como los de antes, pero como ahora eso es politicamente incorrecto, lo enmascaran con este tipo de salidas desesperadas, movidos por el miedo de sus propias inseguridades. Afortunadamente hay hombres que sí lo han entendido. Espero que muchos más lo vayan entendiendo.
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