martes, 13 de octubre de 2009

La extraña visita

El pasado domingo cuando fuimos a sacar la basura de su cubo, oímos una pequeña voz que nos gritaba desde el fondo. Yo tuve miedo y fue el moreno quien se atrevió a mirar. Su reacción me provocó más miedo. "Mira, mira lo que hay ahí", me dijo con cara de horror. Con cuidado me acerqué y antes de mirar, puede percibir un olor espantoso. No sabría describir lo que vi. Si era un plátano o una berenjena parlanchina, pero de lo que estoy segura es que llevaba ahí tanto tiempo (el suficiente) para aprender a hablar. Menos mal que no llegó a aprender a andar o nos hubiera dado un susto de muerte una de estas noches. Le preguntamos, entre arcadas, qué hacía allí, con esa pinta y olor, y nos dijo que no sabía, pero que estaba harta de la soledad y que prefería que la llevaramos a otro sitio más amigable que el fondo del cubo de la basura. Decidir quien iba a sacarlo fue lo más complicado, ya que el moreno que es muy sensible a la textura y el olor creyó que no podría hacer el esfuerzo, pero tras una discusión y un "piedra, papel, tijera, largarto, Spock", gané yo. Y entró en marcha el SLI, Servicio de LImpieza Inmediata, desplegando todo su dispositivo. El moreno quitándose la camiseta (una buena costumbree para mi vista, he de decir) se enfundo los guantes de goma y la mascarilla antipolvo, antiolores, antitó. De nuevo parecía un trabajador de un cartel de Colombia (empiezo a pensar que en el fondo lo de la limpieza le mola). Tras hacer una postura de mentalización al más puro estilo manga y hacer su grito de guerra: "¡¡¡SERVICIO DE LIMPIEZA INMEDIATA!!!!"; metió la mano y con gritos desgarradores por parte de los tres (el plátano-berenjena, el moreno y yo), metió a nuestro nuevo amigo en la bolsa de basura. Tras el grito histérico de "¡¡¡¡QUITAMELO, QUITAMELO!!!!" me hizo intervenir para quitarle el guante que había tocado al extraño visitante, un guante que le acompañaría en su viaje, un guante del que nunca más sabremos nada. Tras una limpieza en profundidad de la zona donde habitaba el asqueroso ser, donde el moreno comprobó que no deben mezclarse lejía, Tenn baño y amoniaco, el cubo y la bañera quedaron tan limpias que se podía comer sopa en ellas; y el moreno con un colocón digno de un cartel colombiano.

1 comentario:

lindísimamapola dijo...

¡¡Me ha encantado este texto!!