
Hoy no he podido no sonreir al ver los pequeños y gordos pies descalzos de un pequeñajo que iba cómodamente sentado en su sillita de paseo, que se reía de un gato naranja que miraba curioso con la cabeza torcida a una mariposa que revoloteaba alredededor de una erguida amapola.
Señores, ya llegó la primavera.
1 comentario:
Me encanta tu blog. Siempre me hace ilusión ver que has escrito algo nuevo. Enhorabuena!!!
Publicar un comentario