miércoles, 25 de marzo de 2009

Hablar por hablar

A veces una anda quejándose de que trabajar a veces no siempre enriquece (no todos los oficios son como Gallina Blanca) y que si unas cosas que si otras, blablabla, y te gustas y te vicias en tus propias miserias laborales. 

Y entonces llamas a una persona que justamente en ese momento no te puede atender porque está operando. 

Y entonces en ese momento te quedas muda, te sientes pequeña, miras a tu alrededor y empeizas a plantearte que el trabajo que haces... pues sinceramente, no tiene tanta importancia, ni repercusión, ni sirve de mucho, ni... vaya! que es una caca en comparación! 

Pero una sigue quejándose porque la vida es así, aunque unos estén salvando vidas y otros perdiéndolas. 

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