martes, 3 de abril de 2007

Sola en casa

Que sola queda la casa sin las pequeñas pisadas. Sin las risas de verdad, de esas que hace la pequeña rubia cuando la hacemos cosquillas en los pies. Sin los lloros porque quiere más juerga pero realmente se está cayendo de sueño y la da rabia y por eso llora. Sin las Chicas de Stars Hollow. Sin mi rubia. Sin mi moreno. La casa tiene un silencio extraño. Ahora sería el momento en que llegara de su paseo y toda la tranquilidad de la tarde se esfumara en una risa, en un grito de alegría de su mamá o de su tita. Hoy no será así. El silencio perdura. Se mantiene anhelante hasta que el miércoles retornen de sus vacaciones. Entonces volverá a su punto inicial. Entrarán por la puerta y el silencio desaparecerá y entrará la risa de verdad. De las de las cosquillas en los pies.


Hasta entonces...

...disfruto del no-ruido. Del todo para mi. De mi mando. De mi cocina. De yo. De él. De lavadora. De salón. De nada por aquí, nada por allí.

(Menos mal que el jueves empiezan a poner las pelis sacras y Heston me hará compañía en los momentos de soledad absoluta...) ; )

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