Se vieron por primera vez en el autobús, donde ella le dedicó una mirada de desprecio: él no le había cedido el asiento.
Coincidieron en la pastelería donde él compraba pastelillos de chocolate y ella de nata. Se sonrieron.
Volvieron a verse en el veterinario. Ella salía de consulta con su gata y él esperaba el turno junto a su perro. Ella se sonrojó cuando él levantó la mano a modo de saludo.
Cuando ella entró en la cafetería no pudo evitar buscarle y allí encontró sus ojos. Tomaba café. Ella pidió un té.
En el supermercado chocaron con los carros y se pidieron disculpas, susurraron un saludo cordial y se separaron entre risas. Ella se dirigía al pasillo del pescado y él buscaba algo de carne para su barbacoa.
Una amiga común preparó una fiesta. Cuando les presentaron no pudieron aguantar las carcajadas, mientras sus manos se saludaban.
Una nueva coincidencia les hizo reencontrarse en un tienda del centro. La conversación ya era obligada y decidieron quedar al día siguiente a las diez en la fuente del parque.
Ella entendió a las diez de la mañana.
Él a las diez de la noche.
Nunca más volvieron a verse.
2 comentarios:
"Nunca más" es imposible al igual que lo sería decir el utópico "de aquí a toda la eternidad" =P
.... yo le habría puesto unos puntos suspensivos.... "nunca más se volvieron a ver".... hasta después de 20 años.
Algo parecido sucede con las películas "Antes del atardecer" y "Antes del anochecer".
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