Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia (o no)

Estuve varios años enganchadísima al Tinto de verano de Elvira Lindo, una especie de diario estival, para aquellos que nunca la leisteis, en las que narraba las cosas que le pasaban a ella y a su santo... o no.

Realidad y ficción, ficción y realidad... a saber! Nunca supe si todo lo que contaba era verdad, donde estaba la línea entre lo inventado y lo vivido. O lo vivido y lo exagerado. O no.

Como todas estas cosas, en algún momento, te tienes que justificar hasta de cosas que no tienes la justificación y todo por la maldita crisis económica y por los bajos sueldos y.... Mecachis! Lo que hace una para poder comer (mejor). O no.

La idea de mi blog es similar a la de Elvira (de menos calidad por supuesto, dios me libre de compararme). No se trata de una justificación pero es una muestra de intenciones, por si acaso (reconozco que una anónima me ha dejado despistada y ya sea verdad o no, con esto de la crisis hay que andar con pies de plomo y fijate tú que si por una tonteria de estas...., que miedo). O no.

Dejo libertad para quien quiera ver lo que es verdad o no. Si es verdad que quiero tener un bebé o es porque quiero ver cómo a sila se le salen los ojos de las orbitas y me hace jurar que jamás jamás (o al menos de momento) tendré hijos. Para que luego veas a la niña de sus ojos y pierda su credibilidad. O si Otto se ha comido una caca (a lo mejor han sido dos ¿quien sabe?). O no.

Nunca me lo he preguntado pero... ¿por qué escribo un blog?
¿Por ego? No creo porque esto va de una rubia un tanto frívola que sinceramente, creo que lo del ego le suena a salón de estética. O no.

Si fuera un simple diario, sería sólo para mi y en cambio me encanta saber que hay gente que lo lee, que se rie con mis tonterias o que sabe de mi por aquí (más o menos), o porque tiene mucho tiempo libre... O no.

Creo que es más bien porque ningún medio de comunicación me ha ofrecido una columna semanal todavia. Me encanta escribir, aquellos que me conozcan lo saben. Tengo libretas llenas de ideas, empieces, finales y títulos para novelas, cuentos o epitafios. O no.

Empiezo a percibir en mis blancos poros de la piel el peligro latente de la web 2.0... Ya veo como empieza la película: una pobre chica que tiene toda su vida colgada en internet, ve cómo la despojan de todo... Espera... Esto me suena... Coño! Si es la de Sandra Bullock, la de La Red. Mierda ya me han quitado la idea. O no. (Quizás soy una guionista norteamerica venida a menos después de un fracaso de taquilla que pasa el tiempo escribiendo este blog desde su apartamento enmoquetado de Los Angeles, quien sabe).

Bueno, aprovecho el speech y para despedir...

¡ADORO A LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS!
¡SON LO MÁS!
¡Y YO TRABAJO MOGOLLÓN!
¡SOY UN ACIERTO SEGURO!
¡DE VERDAD!
¡Y A BUEN PRECIO!
¡QUE ME LA QUITAN DE LAS MANOS! ( ay no, ya me salió la vena comercial, dita sea!)

O no. Quien sabe. Nadie. Tú. Yo. ¿Acaso importa? ¡Y qué más da!

O no.