miércoles, 24 de marzo de 2010

Master del universo!

Últimamente mi vida parece una montaña rusa, unas veces arriba y otras abajo. Una semana, una nota mediocre porque el profesor... digamos que... mejor, no digamos nada. La semana siguiente, matrícula de honor en otra. Y así una no sabe si lo está haciendo bien, mal o los criterios de los profesores son raros. Y mientras, se acerca el fin de curso (dos meses no son ná) y cada vez el proyecto de tesis está más liado en mi cabeza. A pesar de que hablo con profesores, de que pido opiniones, no se si me lío más o menos. Y aunque el tema, inicialmente ya está elegido, tengo que tratar de descubrir un enfoque original para no repertirme como la cebolla. Y en algunas clases sigo teniendo la sensación de que no me entero de nada, de que lo mío es la frivolidad y lo banal y de que nunca podré utilizar frases incluyendo "per se". El taller de cocina está pero no está, y yo ya necesito que esté para poder centrarme en tareas concretas. Y en estos líos estoy, entretenida con mis cositas.

viernes, 19 de marzo de 2010

miércoles, 17 de marzo de 2010

Momento vintage

Esta semana he vivido dos días sin móvil: un día lo olvidé y otro se murió. Y tras reconocer que es complicado hoy en día estar "desconectada", también digo que tampoco es para tanto, e incluso que me gustó la experiencia. No sabía que estaba pasando en casa, donde estaba él solito, desamparado sin mi. Pero yo estaba también sola, desnuda, sin hablar con nadie... Rara. Y busqué dinero suelto en mis bolsillos y me percaté de las pocas cabinas que quedan ya en este mundo. Y en lo mal que huelen. Y en que es mejor no pensar quien ha cogido ese auricular antes que tú. Y de repente, te das cuenta que no tienes la agenda telefónica!!!! No tienes un icono que te guíe. Estás sola, tú y el pitido que sale del auricular. Y de repente... ¡tu memoria funciona! Y recuerdas los números básicos, los que aprendiste para emergencias. Y llamas. Y te das cuenta de lo útil que sería que en el móvil también empezará a avisarte de que te quedan 30 segundos para que se corte. Las facturas serían geniales!!!!
Con quien quedaste para comer y no has podido localizar para avisar de que no te avise si no puede venir porque no tienes móvil, confías en que aparezca a la hora convenida. Cuando tarda, imaginas el mensaje latente en el móvil que descansa en casa. Y maldices. Pero llega y se te pasa.
Cuando llegas a casa, corres a ver quien te ha llamado, cuántas millones de llamadas y mensajes habrás tenido. Y descubres que sólo tienes una llamada de tu padre y otra de tu madre, y un mensaje de publicidad. Y re-descubres que la vida antes no tenía móviles y que todos nos entendíamos, esperabamos a los amigos tardones y si nos daban plantón, les queríamos igual, porque no había forma de localizarte si no era en casa. Con esa agradable sensación de nostalgia me fui a la cama. A la mañana siguiente un extraño sarpullido en la oreja me hizo recordar que debo llevar el móvil SIEMPRE.

martes, 9 de marzo de 2010

De pronto... (muy pronto)

... soy empresaria: con los tiempos que corren!
... soy cocinera: porque yo lo valgo!
... soy encargada de tó: porque estoy hay que hacerlo con mucho esfuerzo y poco gasto!

Ya no queda nada para que (por fin!!!) mi madre y yo abramos el Taller de Cocina Apetit´oh! 
Ha costado meses de mucho pensar, algunos disgustos, excesiva burocracia, algo de humor y mucho mucho apoyo. Pero ya está el pequeño y precioso local, ultimando detalles, limpiando y colocando, calentando motores.


Reconozco que siento una extraña mezcla de miedo y emoción, como cuando te montas en la montaña rusa. Pero confío en nosotras, en la gente y en el karma: hoy le lleve sopa caliente al montador de muebles! ¿Eso da puntos no?

En fin, que ya tenemos blog y estamos en la red, esperemos que os guste nuestro pequeño paraiso de recetas y delantales. Iré informando (que se vea que soy periodista!).

lunes, 8 de marzo de 2010

Las telecomunicaciones de los c******

Habitualmente me cuesta ser borde. No me gusta ser desagradable en general, fijate qué cosas. Pero creo que las campañas que están haciendo las empresas de telecomunicaciones hacen que salga lo peor de mi. Antes, les escuchaba amablemente, les aguantaba el rollo porque pensaba "pobre, con el trabajo tan chungo que tiene..." y ahora en cambio, después de que llamen TODOS LOS DÍAS, pienso "que trabajen de otra cosa, joder". Porque no se como alguien puede llegar a su casa después de trabajar tras aguantar que todo el mundo te diga que no, te cuelgue o te mande a la mierda. E insisto en que esos pobres trabajadores me dan lástima, y supongo que trabajan ahí porque no hay nada mejor, pero... ¿No pueden decirles a sus jefes que el sistema no funciona? Por mucho que llamen, contándome las mejores ofertas (todas falsas como bien sabemos los que alguna vez picamos), si les digo una vez que no, ¿qué les hace pensar que mañana voy a cambiar de opinión? ¿Se creen que alguien por cansinos les va a aceptar la oferta? E insisten e insisten. Lo peor es que me entra la paranoia cada vez que medio cuelgo (soy incapaz de colgarles directamente como hace mi moreno) y creo que nos van a poner en una lista chunga para que una máquina nos llame a las 4 de la mañana todos los días. Y duermo mal sólo de pensarlo. Asi que al final quizás consiguen lo que quieren: dar por saco. Pero si me cambio a Vodafone, llamarán los de Jazztel y si me cambio, los de Ono y  Vodafone... y otra vez a empezar.