martes, 27 de enero de 2009

Cualquier parecido con la improvisación es pura causalidad

Debería hacer más caso de Konstantin Stanislavski. Improvisar más. Pero por más que lo intento, no lo consigo. Casi empieza ya febrero y yo ando planificando el año como si nada hubiera aprendido de los pasados. Pero el otro día me di cuenta que estaba peor de lo que creía. Desde fuera me observé y me di miedo. Sobre la mesa de la oficina, una agenda. En el salón de casa un calendario. En la nevera, el mes imprimido. Hasta ahí sería todo más o menos normal, a no ser que os diga que:
 - En la agenda apunto ¡todo! Planes, posibles planes, planes que no ocurrieron al final, recetas, obras de teatro, discos, libros, estados de ánimo, citas de médicos... ¡Todo! 
- En el calendario del salón, más planes, cumpleaños, eventos varios...
- En el mes de la nevera, lo que vamos a comer cada día. 
Como soy una neurótica, cada domingo (q fijate si no habrá otras cosas para hacer como limpiar los azulejos de la cocina) me dedico a abrir una y otra vez la nevera, el congelador y la despensa para mediante un inventario por fechas de caducidad y apetencias y antojos culinarios, hacer los menús de todas las noches de la semana. Por supuesto en todo esto el moreno, cuyo plato estrella son los burritos Old El Paso "y no se te ocurra criticarlos!", no pincha ni corta en este proceso de creación-planificación. De esa forma, y guiándose por la biblia-calendario de la nevera la rubia no hiperventila cuando se da cuenta (alguna vez ha pasado) que quería hacer tortilla y no tenía huevos. Si algo falta para esos menús, se apunta para comprarlo y evitar disgustos e improvisaciones, que como decía no se me dan bien. Yo si no planifico, la pifio. 

Pero mi cabeza va más allá y el otro día me pillé planificando en la vuelta a casa, lo que me iba a poner de ropa al día siguiente. Así se pierde menos tiempo. Esto es nuevo y seguro que se debe a que de vivir con un ingeniero todo lo malo se pega y ahora además de planificar, optimizo. Hay que joderse. Bastante tenía ya con combinar las bragas con los calcetines, con los jerseys , los pantalones, las gafas, el abrigo y los zapatos (¿veis q estrés?) como para ahora pensarlo con 12 horas de antelación, mientras compro los huevos que me faltan, felicito a quien toque ese día y me aguanto porque si la rubia del domingo dijo que hoy había coles de bruselas para cenar, te tienes que aguantar y punto. Bastante tiene la pobre con lo suyo. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te cambio parte de tu neura organizativa por parte de mi caos.. a lo mejor asi las dos pareceriamos normales.. jeje!. Besitos rubia, sigo por aqui!

Rubia dijo...

No estaría nada mal. ¿Cómo es ser caótica? Q envidia... Besos!!!!!!!