jueves, 17 de julio de 2008

La cosa va de tableros, dados y más fichitas

El sábado pasado una pareja de amigos nos invitaron a jugar a su casa, pero no a la consola, sino ¡a juegos de mesa! Qué tarde más chuli!!! Y encima no había madres llamándonos desde el patio para que fueramos a cenar!!!!

Hacía tiempo que no lo pasábamos tan bien y pude recordar porque me gustan tanto los juegos de mesa: son divertidísimos.

Y eso que yo era un poco reacia a jugar al Risk, que me parece un juego largo y aburrido. Pero gané!!!!! Y por eso ahora es mi juego preferido. Y el más odiado por el moreno que perdió enfadícamente, como no podía ser diferente ya que es la versión masculina de Mónica Geller.

Además de que el moreno no sabe perder, hubo otro descubrimiento: Puerto Rico. Qué gran juego. Y eso que perdí y ganó el moreno (por poco). Eso es deportividad cariño. Aprende.

Quiero jugar más!!!!! Quiero, quiero!!!!

Necesito jugar al Pictionary y al Scatergoris urgentemente.

Pizza, gominolas, amigos y juegos de mesa ¿se puede pedir más?

(Bueno, sí, hacerlo en una superterraza de la muerta en un superpisazo que te cagas, sigo con mi tema como veis).

¿Quién se apunta?

Y si... y si... creamos un club y nos hacemos camisetas y nos hacemos llamar “Los jugones”... bueno, vale, ya paro... me estoy pasando. La emoción.

Entendedlo, soy hija única, no he tenido muchas oportunidades de jugar a estos tableros de mínimo cuatro ¿vale?

Y eso que mis padres instauraron la costumbre los domingos de jugar al Camino de la Vida(1) cuando yo era pequeña, bebiendo cubatas (ellos, como aguantarlo si no) y escuchando a Miles Davis. Ahora entenderéis un poco porque soy tan rarita ¿verdad?

(1) El Camino de la Vida es un juego actualmente descatalogado que consistía en seguir el recorrido de tu vida. Empezabas de pequeño con un monigote rosa o azul (según tendencias) y te montabas en un coche. Según donde cayeras y los caminos que eligieras te casabas o no, tenías hijos o no, te hacías rico o no... hasta acabar en la residencia para pobres o en la de millonarios. ¡Qué gran juego! Real como la vida misma. Aprendiendo desde pequeñita a vivir... A mi en mi vida todavía no me han llegado ni las casillas ni las tarjetas buenas... Me parece que me he equivocado de juego y esto es la Oca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaaa.... 4 malditos bidones de conservas tuvieron la culpa. Sino el moreno habría mordido el polvo igualmente. Tendríamos que montar una liguilla de esto.....