Se acabó. Al menos por una semana aparco el patética vida laboral, la búsqueda del piso perdido, la bronca con la vecina, las poco satisfactorias labores del hogar e incluso, a mi pobre peludo.
Otto se va mañana a un campamento de verano. (Llamándolo así me da menos pena y siento menos cargo de conciencia). Espero que esté feliz cual perdiz y juegue mucho con los otros perros, con los dueños, en la piscina, en la finca... porque además cuesta lo mismo que un hotel de lujo, asi que ya lo puede disfrutar y traer de recuerdo las cositas para el baño o una toalla. Pero no me quedaba tranquila dejándole en un sitio cualquiera. Bastante me ha costado que entendiera que no debe hacerse pis en casa (aunque todavía lo sigo intentando a veces), para que encima vuelva resentido y me odie. Es muy chiripitiflautico y estoy segura (o quiero parecerlo al menos) que va a estar divinamente. Aunque como en casa, no se está en ningún sitio, Dorothy.
Me voy a la playa con mis amantísimos padres y mi moreno. Un moreno que a ver si pilla porque el pobre da penilla con esas piernas tan blancas y los pantalones corticos.
Yo no quiero ponerme morena. Quiero volver blanca como Nicole. Por esa razón me he comprado una pamela enorme que pienso ponerme con gafas de sol cual Star y un collar largo de perlas, a lo Sarah Jessica Parker, que es capaz de salir en nochevieja con pijama y visón e ir divine!
Quiero comer mucho, quiero dormir más, quiero leer una barbaridad.
Quiero reírme hasta que me duela la mandíbula y mirar las estrellas que en Madrid se esconden .
Quiero dar mucho besos.
Quiero aprender a jugar al golf, quiero saber porque mis padres me han abandonado por ese juego y poder decirles que yo soy más divertida que él.
Quiero hacer fotos inútiles de mi moreno avergonzándose y de mis pies.
Quiero olvidar la ciudad que tantos disgustos me da por unos días, quiero recordar porque me gusta tanto vivir en ella, porque al final... la playa mancha los pies, el sol pica y la paella y los helados todos los días, te engordan.
Quiero que cuando vuelva: la vecina se haya evaporado, el piso se transforme en un dúplex climatizado, me llamen de Vogue para trabajar como redactora-jefe y nos haya tocado una lotería sin haber participado.
Felices vacaciones a todos. A la vuelta os cuento.
Otto se va mañana a un campamento de verano. (Llamándolo así me da menos pena y siento menos cargo de conciencia). Espero que esté feliz cual perdiz y juegue mucho con los otros perros, con los dueños, en la piscina, en la finca... porque además cuesta lo mismo que un hotel de lujo, asi que ya lo puede disfrutar y traer de recuerdo las cositas para el baño o una toalla. Pero no me quedaba tranquila dejándole en un sitio cualquiera. Bastante me ha costado que entendiera que no debe hacerse pis en casa (aunque todavía lo sigo intentando a veces), para que encima vuelva resentido y me odie. Es muy chiripitiflautico y estoy segura (o quiero parecerlo al menos) que va a estar divinamente. Aunque como en casa, no se está en ningún sitio, Dorothy.
Me voy a la playa con mis amantísimos padres y mi moreno. Un moreno que a ver si pilla porque el pobre da penilla con esas piernas tan blancas y los pantalones corticos.
Yo no quiero ponerme morena. Quiero volver blanca como Nicole. Por esa razón me he comprado una pamela enorme que pienso ponerme con gafas de sol cual Star y un collar largo de perlas, a lo Sarah Jessica Parker, que es capaz de salir en nochevieja con pijama y visón e ir divine!
Quiero comer mucho, quiero dormir más, quiero leer una barbaridad.
Quiero reírme hasta que me duela la mandíbula y mirar las estrellas que en Madrid se esconden .
Quiero dar mucho besos.
Quiero aprender a jugar al golf, quiero saber porque mis padres me han abandonado por ese juego y poder decirles que yo soy más divertida que él.
Quiero hacer fotos inútiles de mi moreno avergonzándose y de mis pies.
Quiero olvidar la ciudad que tantos disgustos me da por unos días, quiero recordar porque me gusta tanto vivir en ella, porque al final... la playa mancha los pies, el sol pica y la paella y los helados todos los días, te engordan.
Quiero que cuando vuelva: la vecina se haya evaporado, el piso se transforme en un dúplex climatizado, me llamen de Vogue para trabajar como redactora-jefe y nos haya tocado una lotería sin haber participado.
Felices vacaciones a todos. A la vuelta os cuento.