jueves, 21 de agosto de 2008

Un mensaje recibido

Ayer decidimos coger el bus para ir al cine. Justo desde la acera de enfrente vimos como unos de nuestros posibles se marchaba y una vez en la parada y viendo desde lo lejos que no se vislumbraba camión rojo alguno, mandé un mensaje a este servicio tan cómodo que nos ha facilitado la emt para saber cuánto tiempo tardará el siguiente bus en venir. Así pues lo mandé y, a pesar de ser un servicio inmediato (recibes el mensaje casi al instante de haberlo enviado), no me llegaba ninguno. Pensando que el servicio ya se había roto, empecé a despotricar contra todo, mientras el moreno me preguntaba si lo había mandado al número correcto. Con tono superior le respondí que “por supuesto, estaba harta de mandar estos mensajes”, cuando en ese momento (bip, bip) me llegó un mensaje. Cual fue mi sorpresa al abrirlo y leer:

Hola cariño dime como te llamas cuantos años tienes que te apetece hacer ahora mismo ehh

Pegué un respingo. Ostia! Sí que se ha estropeado el servicio pensé, convencida aún de que lo había enviado correctamente. Evidentemente no podía estar más equivocada. Los números habían bailado y en vez de mandar el mensaje al 7998, lo mandé al 7889. Y tuve la suerte de conectarme a un chat porno. Hay que joderse, con la cantidad de politonos q hay, yo tuve que marcar el guarro. Hubiera preferido el conejito ese que canta la canción ñoña en la tele.

Pensando que ya había terminado, me metí en la sala del cine y apagué el móvil.
Al salir, al encenderlo, me llevé otro respingo “¡Bip, bip! 1 Mensaje recibido”.
Con dedos temblorosos lo abrí: “Te necesito sabes estoy muy muy humeda

Agggggg. Casi se me cae el móvil al suelo.
Dos cosas me han quedado claras: no me gustan las mujeres y esta gente tiene un problema con los signos de puntuación.

Con el asombro todavía en el cuerpo he encendido el móvil esta mañana.

Bip, bip!! 1 Mensaje recibido.

¡Mierda!

Uf, menos mal. Era el Far.
De la otra, de momento, no he vuelto a tener noticias. Quizás se haya cansado de mi indiferencia. Y eso en la relaciones cortas e intensas... molesta mucho.

La rentreé

La vuelta es terrible.
¿Quizás mejor nunca habernos ido?

En París es todo muy bonito y muy francés, como os podéis imaginar.
Hemos pasado los días viendo museos, dando grandes paseos, criticando la gastronomía francesa y comiendo macarrons (el dulce sí q lo tienen dominado).

Hemos hablado en todos los idiomas q se nos ocurrían y cada día me parezco más a mi madre pq ante la duda idiomática, yo me pongo a hablar en español y que se preocupen ellos en entenderme. Una ya no está para esfuerzos.

viernes, 1 de agosto de 2008

En vísperas de no hacer nada

La esclavitud del blog es una realidad. Este hecho se vio confirmado cuando recibí la llamada de mi tía preferida (y única) y como saludo me dijo: “No se nada de ti. Llevas días sin escribir en el blog”.

Y la verdad, si no he escrito no ha sido por falta de ganas sino por vergüenza: últimamente de mi boca y de mi cabeza sólo salen quejas. Y para quejarme del trabajo, de mis jefes, del calor o de mi minipiso... pues mira para eso mejor no escribir. Bastante tendréis con lo vuestro. Esto va de reirse, no de deprimirse.

Puesto que la semana que viene ya pillo mis esperadas vacaciones y, mandando a mi hijo peludo de vuelta al campamento, nos vamos moreno y rubia a disfrutar de la ciudad del amor (y de los crepes, y de Amelie...), he decidido escribir para no quejarme.

Estoy feliz cual perdiz porque:

- Ayer mi portera me obsequio con un tesoro. Yo no se que hago pero todos mis estropajos se caen por la ventana y la pobre pescó cinco del patio interior, junto con una toalla, un calcetín, una bayeta y un mantel. Todo un tesoro recuperado. Aunque increíble pero cierto: se me volvió a caer el mantel. Mi portera va a empezar a pensar que lo hago aposta.

- El moreno saca las cosas del lavavajillas y tiende y destiende solito SIN DECÍRSELO. Viva!, mis enseñanzas dan sus frutos.

- En el trabajo creen que soy un genio y por hacer un par de cositas ya he amortizado mi minisueldo. Me puedo ir de vacaciones tranquila.

- Otto me da besos en la orejas.

- He hecho una cosa decorativa en casa y estoy superorgullosa de mi. Es la tontería más bonita del mundo.

- Porque a la vuelta, con el nuevo curso, he decidido cambiar el rumbo de mi vida (si me dejan) y hacerme doctora (de lo mío, tranquilos), con lo cual me volveré repelentemente erudita y pedante y hablaré en latín y/o esperanto.

Poca cosa más, la verdad es que todo lo demás es tirando a malo: no me han subido el sueldo (por la crisis), no encontramos piso nuevo (por la crisis), el moreno está de los nervios (por la crisis), me ha salido una dermatitis alérgica en las piernas que pica que me muero (por la crisis) y hace calor (por la crisis, por el gobierno o por el verano, lo mismo me da).

Felices vacaciones a los que se van para ver si en Noruega se nota el cambio climático o no; a los que se fueron al pueblo; a la bella italia o a la playa; a los que se quedan y a los que se irán cuando todos estemos de vuelta (esos son los más listos).