¿Dónde te has metido?

No podía escribir. ¿Por qué? Porque como Stallone, no siento.

El lunes 5 me quitaron la única muela del juicio que quedaba, y como ya predije... Más vale no hacer planes porque lo que imaginaba serían dos días de baja con flemón... se convirtieron en cinco días con flemón, moratón, aftas y anestesia. Y digo anestesia porque, pasados ya 9 días... Todavía siento (o no siento) una parte del labio y los dientes de abajo.
Me han dicho que se me pasará pero yo estoy que no estoy porque me siento (o no me siento) molesta, extraña, fuera de mi, como Sta. Teresa.

Así que os podéis imaginar como era yo esta semana sin poder comer algo decente, sin dormir bien por los puntos y aftas dichosas y por todo esto de los nervios... que he tenido al moreno acojonado, apunto de darme mis regalos de cumpleaños por adelantado para ver si dejaba de lloriquear y Otto ya no se hace un solo pis y si le digo que se vaya a dormir, va y lo hace.
El humor me ha impedido leer, ver pelis o jugar a la consola... pero he podido ver toda la televisión de mundo matinal, incluidas Las Mañanas de Cuatro (imaginaos lo afectada que estoy).

¿Cosas buenas de no tener nervio?

Dejame que piense... Ninguna. Por todas partes voy justificando que por una muela del juicio y no por una excentricidad bebo el té con pajita y que hablo raro no por pija sino por la puta anestesia (como diría Tarantino).

Cambiando de tema y hasta que esto mejore... Pasado mañana es mi cumple y en vista de la poca capacidad de convocatoria que tengo y de las probabilidades de lluvia... Voy a invitar a quien quiera venir a vivir la secuencia del camarote de los hermanos Marx en mi minipiso. Pero con tortilla y jamón ibérico. Ruego traigan los arneses para colgarse del patio interior.

Me gusta el número que toca este año: 26, porque es par y eso me gusta.
Los treinta cada vez están más cerca y eso me gusta.

Llamamiento popular: el 8 de junio actúa Feist en la sala Heinekken, si alguien se apunta, yo voy a ir. Prometo no hablar de lo mal que lo hace el hijo de Pilar Miró o de lo patética que está Susana Griso en su programa de la mañana. Palabrita de honor.